La ingeniería eléctrica vive un momento apasionante. La transformación digital avanza a ritmo acelerado y con ella emergen estándares como IEC 61850, que reconfiguran la forma en que concebimos la automatización en subestaciones y otros sistemas de infraestructura energética. Este cambio no es una amenaza para lo conocido, sino una oportunidad para integrar lo nuevo sin perder la solidez de los fundamentos tradicionales.
IEC 61850, concebido como un estándar para comunicaciones y automatización en subestaciones, ha evolucionado más allá de su propósito inicial. Sus recientes actualizaciones han mejorado la interoperabilidad, reducido los tiempos de puesta en servicio y abierto la puerta a una arquitectura verdaderamente digital. Sin embargo, su adopción exitosa no se logra únicamente con software y protocolos: requiere también el conocimiento profundo de las redes eléctricas físicas que aún dependen, en gran parte, del noble y confiable cobre.
La ingeniería eléctrica “en cobre” -aquella que se materializa en cables, barras, interruptores, transformadores y conexiones- no ha sido reemplazada. Sigue siendo esencial para transportar energía, garantizar la continuidad operativa y ofrecer respaldo físico cuando la comunicación digital falla. Casos recientes en subestaciones automatizadas demuestran que la falta de comprensión de la lógica cableada puede comprometer incluso los sistemas más sofisticados.
Es aquí donde se revela la clave: la innovación tecnológica no sustituye la ingeniería tradicional, la potencia. IEC 61850 necesita ingenieros que comprendan los esquemas de control cableado, que dominen las protecciones clásicas y que puedan traducir ese conocimiento al mundo digital. Esta transición exige una mentalidad abierta, pero también una base sólida.
Para estudiantes, significa que deben estudiar tanto los protocolos modernos como las prácticas convencionales. Para los profesionales senior, representa una oportunidad de liderar la integración con su experiencia. Y para todos, el mensaje es claro: actualizarse no es olvidar; es crecer con lo que ya sabemos.
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