El uso de Equipos de Protección Personal (EPP), y la aplicación de medidas técnicas y organizativas protegen la integridad física del trabajador.
Al igual que los cascos y protectores oculares, los elementos de protección de las extremidades superiores como inferiores deben cumplir con la normativa vigente y contar con la certificación que ésta requiere.
Muchos trabajos requieren protección para las manos. Como manipulación de sustancias químicas corrosivas, abrasivos, equipo eléctrico, puntos calientes de maquinarias, herramientas etc. Los guantes son la forma más común para la protección.
Los guantes de neoprene o vinilo protegen en trabajos con sustancias químicas. Los guantes de cuero o algodón se utilizan para manejar la mayoría de materiales abrasivos y los guantes resistentes a los cortes protegen de los objetos punzocortantes.
Para trabajos con electricidad se utilizan guantes dieléctricos. Fabricados con material aislante para evitar la posibilidad de sufrir daños ante una posible descarga eléctrica. Estos guantes pueden estar fabricados en goma o látex y se pueden encontrar de diferentes clases, que dependen de la tensión máxima de trabajo que se realice. Están los de clase 00 (500 voltios), clase 0 (1.000 voltios), clase 1 (7.500 voltios), clase 2 (17.000 voltios), clase 3 (26.500 voltios) y finalmente de clase 4 (36.000 voltios).
Otro tipo de protección para las manos son los guantes desechables resistentes a la temperatura y las mangas de protección.
El guante utilizado debe ajustar cómodamente, debe ser guardado en áreas donde estén protegidos de la luz, temperaturas extremas, humedad excesiva y otras sustancias y condiciones dañinas.
Con respecto a los pies, cuando hay riesgo de lesiones por objetos cortantes u objetos que caen o ruedan o cuando hay peligros eléctricos presentes, el uso de calzado de protección garantiza la seguridad del trabajador y disminuye los riesgos.
Los hay de varios tipos: zapatos, botines y botas de seguridad. Dependiendo si está expuesto a caídas de elementos pesados y objetos punzantes, pinchaduras, cables o conexiones eléctricas expuestas, manipulación de productos químicos o hidrocarburos, caída por resbalamiento.
Un calzado de seguridad correctamente seleccionado, y en función de las características y certificados, ofrecerá protección frente a los siguientes factores de riesgo:
• Impacto en caída libre
• Aplastamiento
• Perforación de elementos punzantes
Para la prevención de riesgos eléctricos se debe utilizar el calzado de seguridad adecuado:
• Rigidez dieléctrica de la planta exterior
• Calzado conductivo o antiestático
• Resistente al agua, a la presencia de agentes químicos
• Aislante del calor y del frío
• Resistente a impacto metatarsal, a cortes por sierras de cadena, al deslizamiento de la planta exterior.
Es fundamental identificar en el calzado su fecha de fabricación, ya que los que poseen suela de poliuretano tienen una vida útil de dos años aproximadamente.
Dentro de los EPP se encuentran además elementos de protección para los oídos, para los pulmones y para el cuerpo.
Los EPP no eliminan los riesgos pero los reducen significativamente,
marcando la diferencia entre accidentes leves y graves.




